¡¡¡Aaarrrrrrraaaaaaaannncaa Pekín Express!!!
Con esta frase llena de ánimo y emoción comenzaba la tercera edición: La Ruta del Dragón.
En esta ocasión las parejas del concurso han seguido aproximadamente el mismo patrón que en las veces anteriores (dos hermanas, dos rurales, etc), que han viajado por zonas increíbles pasando pruebas que en ocasiones han sido bastante duras.
La Ruta pasa por cinco países: Vietnam, Camboya, Laos, Tailandia, e Indonesia.
Los
pekineros de este año han sido menos carismáticos que en las otras temporadas, aunque tampoco han tenido desperdicio. Por orden de expulsión, estos han sido los concursantes: Estrella y David (matrimonio que no ha viajado más que a Gibraltar), Jorge y Cuchi (primos de 58 años, comparten aficiones deportivas, entre otras), Esther y Oriol (veinteañeros Ni-Ni's), Sonia y Menchu (amigas independientes), María y Fernando (no se conocían previamente, ella es camarera y él banderillero), Javier e Hilario (profesor y alumno, respectivamente), Engracia y Manuel (agricultores manchegos que no han viajado mucho), David y Javi (azafatos y amigos),y los finalistas: Manolo y Marta (padre e hija) y Sandra y Belinda (hermanas vascas, y ganadoras de La Ruta del Dragón).
Esta temporada ha dejado algunos momentos memorables, como ver a Engracia y Manuel preguntando a unas mujeres tailandesas si podían expulsar pelotas de pin-pon con la parte más femenina de su anatomía, o verles cantar allá donde fueran, hacer el pino...recuerdo haberme reído y desesperado a partes iguales con esta pareja que dicho sea de paso, llegaron más lejos de lo que ninguno habríamos apostado (aunque estoy de acuerdo con algo que dijeron Sonia y Menhcu sobre ellos y que venía a ser algo así: hay gente que pasa por el mundo sin disfrutar de cada lugar donde se encuentran, -y lo mismo les da estar en la taberna de enfrente que en Vietnam-esto último lo añado yo).
Javier e Hilario fueron dos de los que mejor me cayeron, el profe tenía un punto de pasota que me hacia mucha gracia e Hilario (que junto con Marta protagonizaron la
parte romántica de Pekín Express) ponía la parte de vitalidad a una pareja que comenzó sin mucha confianza entre ellos ya que apenas se conocían, y que creo que después de todo lo que han vivido ya se podría decir que han terminado siendo buenos amigos.
Hay parejas que no me han dicho mucho, como Sonia y Menchu o Jorge y Cuchi, fueron buenos concursantes y se nota que disfrutaban de cosas que otras dejaban de lado, quizá por su edad y experiencia o su forma de ser.
Mención aparte tiene el banderillero, Fernando, que era lo más saborío que te puedas echar a la cara. Al principio podías pensar que era timidez o que no encajaba bien con su pareja, María, pero con el paso del programa te dabas cuenta de que en realidad parecía que iba obligado a todas partes, te daban ganas de decirle: A ver, si no querías estar ahí...para qué te apuntaste???. Demasiado duraron los dos para el mal rollo que tenían.
Los Ni-Ni's eran un caso aparte, en mi fuero interno todavía sigue el pensamiento de porqué narices todas las televisiones ponen tanto empeño en darle fama a personas cuya máxima aspiración es no hacer nada (Ni estudian, Ni trabajan) y encima se vanaglorian de ello. Como concursantes: él hizo un papel decente, y ella una calamidad que hizo honor a su NiNi-ismo llamando "La Torre Infiel" (no, no me he equivocado al escribir) a lo que en realidad era una foto de la Catedral de Notre Dame. Sin comentarios.
Los
ryaneros tuvieron el final que se merecían, como todos los chulos que no saben competir y que van de
sobraos. Aunque no les guste tendrían que admitir que en las pruebas de fuerza muy bien, pero en las de pensar...ahí ya dejaban mucho que desear.
Manolo y Marta era los que merecían ganar, él pretendía que ese viaje fuera algo más que un consurso para su hija y poder enseñarle que hay que luchar por los objetivos pero no a cualquier precio. Y lo consiguó, Marta hizo una progresión durante las etapas que se plasmó finalmente y de manera más clara cuando ayudó a Sandra y Belinda a encontrar un libro en una librería de 10.000 volúmenes cuando todos luchaban por la primera plaza. Por otro lado, Manolo aprendió a ser algo más competitivo y vivaz contagiado por la juventud de su hija. Ambos hicieron un papelón en la final, llegaron los primeros en todas las etapas de la gincana, al hacerlo podían elegir entre una misteriosa llave que les ayudaría en el último momento o un amuleto de 5000 euros, obviamente escogieron las llaves, pero viendo la poca ventaja que consiguieron habría sido para pensárselo, esto es algo que me parece que estuvo muy mal planteado por parte del programa. No era ninguna ventaja, porque mientras un miembro de la pareja conseguía las llaves para las cajas donde estaban las banderas de los países de la ruta y los ordenaba, el otro debía encontrar la llave que abría la última caja, lógicamente tenían tiempo de sobra para abrirlas mientras llegaba su pareja por lo que me parece un "timo" de ventaja.
Ganaron las hermanas vascas, Sandra y Belinda. Supieron luchar hasta el final y fueron buenas concursantes, personalmente tenían algo que hacía que no me cayesen muy muy bien, pero como ya se me ha pasado la decepción de que perdieran mis favoritos, les puedo dar la enhorabuena en condiciones!!.
Como podéis observar, no menciono gran cosa de los países por donde ha transcurrido la ruta y es que al contrario que en las otras ediciones esta vez he tenido la sensación de no haber visto tanto sobre las costumbres ni la cultura de cada región. En ese aspecto no lo he disfrutado tanto.
Si queréir saber más cosillas, Raquel Sánchez Silva escribía en un blog:
La Ruta del Gecko, hay muchas curiosidades que os gustarán.
P.D: Siento que el post sea tan largo, pero tenía muchas cosas que contaros!!!