Se supone que ahora estamos en la era de las telecomunicaciones. Con internet abierto cada vez a más gente, con multitud de formas de adquirir cualquier tipo de información, y de usar la información que nosotros mismos poseemos para dar una opinión mejor sobre cualquier tema que escuchemos. Todo, claro está, si la información que ofrecen los medios es verdad.
El otro día me encontré un artículo en Ambiente G, una página que me parece bastante buena en cuanto a temática LGTB se refiere ya que agrupa a lo mejor de la blogosfera, en el que no sólo era evidente que lo único que intentaba era crear polémica, sino, que además, era carente de cualquier tipo de contrastación, algo necesario, tratando un tema como el que trataba.
Para los que no quieran leérselo os lo resumo. Al parecer, unos científicos han creado una pastilla que podría ayudar a prevenir la hiperplasia adrenal congénita (una enfermedad que causa la masculinización de los genitales femeninos, entre otros problemas) si se le administra a las madres durante el embarazo. Todo bien hasta aquí, ¿no? La polémica llega porque un psicólogo ha dicho que esa terapia podría alterar la orientación sexual del feto. De ahí que un grupo de personas hayan decidido que esa pastilla es para curar la homosexualidad y erradicarla.
¿Alguien le encuentra sentido a toda esta tergiversación? Por que yo no la verdad.
Para empezar, ¿qué demonios tiene que ver la opinión de un psicólogo en todo esto? Vale, la terapia, seguramente consista en aplicar algún tipo de hormonas sexuales o análogos de éstas, ya que precisamente la enfermedad se caracteriza por la ausencia de las mismas. Hasta qué punto esas hormonas que se administran durante el embarazo pueden afectar al desarrollo de la orientación sexual del individuo (en el que influyen muchos factores ambientales tras el nacimiento) es algo que nadie sabe hasta el momento.
Además de que no hay pruebas de que esté ocurriendo. Si ha salido la noticia ahora posiblemente sea porque es ahora cuando se va a poder administrar esta droga a las madres embarazadas, eso implica que es imposible saber de ninguna forma la orientación sexual de esos individuos cuando sean mayores.
Total, que al final todo se reducen a un grupo de gilipollas "bioéticos" que se dedican a criticar los avances de la ciencia sin ofrecer alternativas.
Y lo que más me indigna de todo esto, es que medios supuestamente serios les hagan caso sólo porque no sé qué asociación ha dicho tal... Ni que estuviésemos jugando al teléfono escacharrado...
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