El otro día fue mi aniversario. Mío y de Minovio, claro. Y nos fuimos a cenar juntitos a un restaurante de Chueca, Bazaar.
Muy cuco, la verdad. Yo ya había estado allí, pero hace ya bastantes años y no lo recordaba igual. Es de estos de comida muy en plan Pitifuá de Adelfas sobre salsa de Cucumasis, no sé si me entendéis. Pero está muy rico todo, te ponen una cantidad decente y además no es nada caro.
Minovio se pidió Tartinas de verduras a la brasa con romesco de nueces y yo Lasagna fina de solomillo ibérico con cebolla confitada y champiñones. Pero lo que más nos gustó a los dos fueron los postres. Él se pidió Lágrimas de chocolate (que tenían licorcito y estaban deliciosas), mientras que yo me decanté por el Tiramisú líquido que venía acompañado de una bola de helado de chocolate y un bizcochito. Estaba tan rico, que sólo de recordarlo se me hace la boca agua.
Para los que busquen cosas más "normales" también hay ensaladas y bastantes platos de pasta. Todo en pleno centro de Madrid. Sirven con bastante diligencia. Y en su contra tiene que no admiten reservas, con lo cual o vas pronto o te arriestas a no cenar. Por cierto, creo que para las comidas tienen menú, que supongo que será más barato.
El restaurante lo conocimos a través de Aerotrainer. En realidad él nos habló de otro restaurante, Ginger, que no sé si es de los mismos dueños o qué, pero el caso es que en su web recomendaban Bazaar. Y así fue todo.
Lo dicho, bastante recomendable, tanto para veladas con los amigos más cercanos, como románticas cenas en pareja.
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