Le hicimos una fiesta sorpresa a Amelie 4 días antes de su cumpleaños. Lo organizó Sunovio, y lo hizo muy bien. Habíamos quedado todos prontito para ir a un local de Moncloa llamado ¡Arriba Madrid!, y que ninguno conocíamos. Está bien para beber algo antes de salir por ahí, ya que es baratillo.
Y allí estuvimos esperando... y seguimos esperando... y ya nos aburriamos de esperar cuando por fin apareció la cumpleañera junto con su señuelo, claro, por que no iba a venir sola. Nos escondimos (algo que no era dificil ya que el local era similar a un cuarto oscuro) al lado de la puerta y le tiramos unos globos en cuanto abrió la puerta. Aunque no lo admita, yo creo (y conociéndola sé que es así) que se asustó un poco y su primero impulso fue echar a correr. Pero no lo hizo, aunque hubiese sido muy divertido.
Le gustó mucho la sorpresa... y después de pedirme perdón muchas veces (aunque nunca suficientes) por haberse enfadado conmigo tras haberle dicho que no iba a poder ir a su cumple, y de haber bebido lo suficiente, pues decidimos movernos a algún lado. Pero ya era tarde, y nos cobraban un montón por entrar a cualquier lado. Mudita, Minovio y yo decidimos que no estabamos para que nos timasen y que nos íbamos a casa. El resto entraron a pasárselo bien en la Posada.
De vuelta a casa, nos volvimos a pasar por el ¡Arriba Madrid! a decirles a Rubo y laRepor que Amelie y el resto estaban en la Posada, aunque al final, no sé qué entendieron, que fueron a Penélope.
Mudita, Minovio y yo, como no estábamos cansados, no se nos ocurió otra cosa que ir andando desde Moncloa hasta Cibeles. El paseo duró una hora y fue a las 4 de la madrugada, pero eso sí, fue muy agradable. En Cibeles nos despedimos de Mudita y Minovio y yo nos fuimos para su casa, que estaba sólo. Y fue toda una aventura, porque el conductor no tenía ni idea de su camino. Menos mal que había un chico sentado delante que le iba guiando... porque si no, no quiero saber dónde hubiésemos acabado... Aunque igual nos hubiese venido bien ya que le habríamos guiado directamente hasta nuestro destino.
Cuatro días más tarde fue el verdadero cumpleaños de Amelie, así que decidió invitarnos a cenar en un Vips del centro. Fuimos en petit comité, ya que es Agosto y todo el mundo está de vacaciones. Estábamos sólo Amelie, Sunovio, Lunita, Puertas y yo. La cena guay. Especial reseña hay que hacer al momento en el que Amelie fue al baño y a Lunita no se le ocurrió otra cosa que que nos escondiésemos en un esquinazo del restaurante para asustarla. Fue un momento en el que me sentí muy ridículo, muy observado y que espero que no se repita, porque además Amelie tarda mucho siempre que va al baño y yo ya me estaba agobiando ahí apretado contra la pared. Después le cantamos el cumpleaños felíz, por supuesto.
Cuando salimos, Puertas le regaló una pulserita muy bonita a Amelie y nos dijo que él se tenía que ir, que al día siguiente tenía que madrugar para levantar el país. Pero nos recomendó un local de Chueca City, el Why not? Yo no lo conocía y he de decir que me gustó mucho la música, aunque me parece que se va a quedar como local para ir entre semana a tomar algo y ya, porque es muy chiquitito y hay demasiada iluminación para considerársele local de noche.
Tras un rato allí, enfilamos hacia Cibeles y nos quedamos allí charlando de tiburones, algo muy normal un martes a la 1 de la noche. Llegaron los búhos y nos fuimos para casa. Fin.
Cuatro días más tarde fue el verdadero cumpleaños de Amelie, así que decidió invitarnos a cenar en un Vips del centro. Fuimos en petit comité, ya que es Agosto y todo el mundo está de vacaciones. Estábamos sólo Amelie, Sunovio, Lunita, Puertas y yo. La cena guay. Especial reseña hay que hacer al momento en el que Amelie fue al baño y a Lunita no se le ocurrió otra cosa que que nos escondiésemos en un esquinazo del restaurante para asustarla. Fue un momento en el que me sentí muy ridículo, muy observado y que espero que no se repita, porque además Amelie tarda mucho siempre que va al baño y yo ya me estaba agobiando ahí apretado contra la pared. Después le cantamos el cumpleaños felíz, por supuesto.
Cuando salimos, Puertas le regaló una pulserita muy bonita a Amelie y nos dijo que él se tenía que ir, que al día siguiente tenía que madrugar para levantar el país. Pero nos recomendó un local de Chueca City, el Why not? Yo no lo conocía y he de decir que me gustó mucho la música, aunque me parece que se va a quedar como local para ir entre semana a tomar algo y ya, porque es muy chiquitito y hay demasiada iluminación para considerársele local de noche.
Tras un rato allí, enfilamos hacia Cibeles y nos quedamos allí charlando de tiburones, algo muy normal un martes a la 1 de la noche. Llegaron los búhos y nos fuimos para casa. Fin.
Lo que hubiera dado por poder verte cuando estabas ahí escondido esperando a que llegase Amelie...jejejej!! :p
ResponderEliminarP.D: la decoración con imágenes de cine antiguo del Why not?...me llegó al alma!! XD
hubiera sido muy muy divertido! pero eso ya lo hice en otro susto! xD
ResponderEliminarme encanta cómo has escogido los sobrenombres? de los personajes ^^, y tu versión de la historia, aunque eso de que os fuisteis porque no queríais que os timaran....yo tenía otra versión! :s...pero aun así, muchísimas gracias! =)y mil perdones y besazos! ( x los que se quedaron por el camino =) )
muuuuuuak!
Alaa!!q guay, ya tengo apodo!jajajaja :D
ResponderEliminarme gusta, me gusta^^
el momento del escondite molo un monton... menos por la enfadada esa q si tiene problemas con el novio no nos tiene q mirar mal... ¬¬
y.. de q quieres hablar un martes a la 1 si no es de tiburones o de cagadas de pajaro???
Me gusta mucho el resumen de los dos días, y los apodos de los protagonistas. La verdad, q Amélie, se llevo una buena sorpresa, y si se hubiera asustado y hubiera salido corriendo,pues xD
ResponderEliminarMe gusta mucho tu blog Kadaj, lo visitaré más a menudo.
Abrazos
Besos para Amélie