La joven modista Sira Quiroja abandona Madrid en los meses previos al alzamiento, arrastrada por el amor desbocado hacia un hombre a quien apenas conoce. Juntos se instalan en Tánger, una ciudad mundana, exótica y vibrante donde todo lo impensable puede hacerse realidad. Incluso, la traición y el abandono.
El tiempo entre costuras es lo que se dice una novela para todos los públicos. Fácil de leer, entretenida y que te deja buen sabor de boca con un final digno de las mejores películas en blanco y negro. Pero esto no hace que sea la gran novela que tango ha gustado a público y crítica, sólo la convierte en una novela más de esas para leer en la playa si no quieres pensar en nada.
Creo que María Dueñas no consigue profundizar lo suficiente en los personajes. Tanto es así, que en algunos momentos se contradicen a si mismos y acaban realizando acciones que no tienen mucho sentido dentro de lo que sabíamos previamente de ellos. Además, parece que utiliza el tema de la guerra civil para que más público atraido por la historia nacional se interese por la novela.
¿Si recomendaría su lectura? Por supuesto, yo la he devorado y me he divertido haciéndolo. Pero no os diría que la compraseis, buscad a ver si la encontrais en la biblioteca o pedírsela a alguien, seguro que en vuestro círculo más de uno la tiene y te dice que es buenísima... para pasar el rato, claro.
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