martes, 11 de enero de 2011

¿Mejor sólo que mal acompañado?


Lo creais o no, encontré esta gráfica buscando información para un trabajo de la universidad. 

Y fuera de bromas, quería expresar mi opinión sobre el tema. Y es que el debate no debería centrarse en torno a los padres o madres, sino en torno a los niños. Y en realidad tampoco habría ningún debate, ya que supongo que todo el mundo estará de acuerdo en que cualquier niño debe tener unas personas adultas que le cuiden, le educen y le quieran. Entonces, ¿que importa que esas personas sean un hombre, una mujer, dos hombres, dos mujeres o un hombre y una mujer?

Pues importa, sí, eso lo entiendo, mi orgullo no me ciega hasta ese extremo. Es fácil pensar que un niño puede ser más fácilmente criticado por sus compañeros en el colegio si estos se enteran de que sus padres son "maricones". Pero, ¿acaso sería mejor no recibir esas burlas y permanecer en un orfanato tercermundista? No lo creo. 

Así pues, entiendo que ante una lista de espera, se de cierta prioridad a las familias comprendidas por un hombre y una mujer, que a una pareja homosexual, siempre y cuando estemos ante una situación de igualdad en el resto de condiciones de los solicitantes de la adopción. Pero, por desgracia, me da la sensación de que hay huérfanos para todos, por lo que no entiendo por qué cualquier persona capacitada para ello, no puede adoptar a un niño que lo necesita, independientemente de su condición sexual. 

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