¿No os pasa a veces que notais que algo va mal en vosotros? No en plan fatalista del tipo nadie-me-quiere, no-merece-la-pena-vivir-así o no-acepto-mi-sexualidad-quiero-ser-como-el-resto. Estas fases adolescentes son duras pero ya las pasé en su momento. Ahora hablo de algo mucho más sutil.
A veces me imagino que mi cabeza es una gran nave industrial llena de multitud de máquinas distintas, encargadas de mis ideas, mis recuerdos, mis sentimientos, etc. La sensación a la que me refiero es como si entre todo el gran alboroto de esa maquinaria trabajando oyeses un pequeño chirrido de un tornillo mal apretado. Lo primero que puedes pensar es que por un tornillo no pasa nada, aunque dejase de funcionar una máquina las demás podrían seguir sin ella. Pero no es así, todas están conectadas unas con otras por innumerables códigos que ni siquiera tu mismo comprendes.
Así que te decides a buscar qué es lo que chirría, y así vas acotando zonas. Es un proceso lento y costoso, no olvidemos que el cerebro es el órgano que más energía consume de nuestro cuerpo. Pero una vez que encuentras la máquina en cuestión que está dando problemas, no te creas que la cosa mejora, todo lo contrario. Ahora tienes que encontrar dentro de esa máquina qué tornillo en concreto es el que falla, para lo cual es posible que tengas incluso que desmontar la máquina pieza a pieza. Esto, como ya he comentado antes, provocará que otro gran número de máquinas se detengan afectadas por este contratiempo al estar conectadas entre sí.
Y una vez encontrado el fallo en concreto, hay que ver cómo solucionarlo. Si tienes suerte, sólo tendrás que apretar un poco la tuerca para que todo vuelva a la normalidad. Pero también es probable que tengas que buscar otro tipo de enganche para tu máquina, o lo peor de todo... que te des cuenta de que esa máquina ya esté obsoleta y tengas que montar otra nueva.
Es un proceso complicado tal y como lo entiendo yo. Y con él intento explicar (a mis amigosy a mi mismo) el comportamiento un tanto huraño que tuve hace unos días. Lo siento por las molestias causadas, pero mi cabeza estaba muy preocupada ejerciendo de mecánico a tiempo completo para solucionar cuanto antes los problemas.
Además considero importante estar atento a estos fallos del sistema, ya que si no te das cuenta o, mejor dicho, lo dejas pasar, puede que al final acabe explotando la nave industrial entera.
Eso sí, a partir de ahora, viendo el cuidado que pongo en estas cosas, ya no podréis decirme que me falta un tornillo... ¿o sí?
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