martes, 28 de junio de 2011

Orgulloso de poder sentirme orgulloso


Hoy es el día del Orgullo Gay (o LGTB, no entraré en este tipo de disquisiciones semánticas). Mañana será el pregón de las fiestas, que continuarán hasta el domingo, desarrollándose, como hasta ahora en Chueca, el barrio gay de Madrid. Supongo que todo esto ya lo sabréis la mayoría. Todos los años podemos ver en los medios de televisión como un montón de jóvenes se reunen allí para beber mientras ven conciertos o espectáculos de drags en los diferentes escenarios que se montan y cuyo ruido resulta insoportable para algunos de los vecinos. Veremos a los chulazos subidos en las carrozas durante la marcha el sábado, pero no sólo estos gogos contratados andarán medio desnudos por la gran vía y sus aledaños, sino que montones de personas irán por la calle semi-desnudos (si no desnudos del todo) o disfrazados, ya sea con sus enormes plataformas y brillantes vestidos o travestidos en el sexo contrario con el que nacieron o viven. 

Es normal que los que no quieran entender, nunca lo entiendan. Es normal, e incluso fácil criticar todo lo que ocurre estos días si sólo nos fijamos en lo que he mencionado en el párrafo anterior. Pero yo aún así me siento muy orgulloso. Y no precisamente por ser gay. Creo que te puedes sentir orgulloso de algo que consigues y que es bueno para ti. Yo en ningún momento de mi vida he conseguido ser gay y tampoco creo que ser gay sea mejor que cualquier otra opción sexual. 

Y sin embargo me siento muy orgulloso. Ya no por mí, sino por todos aquellos cuyas reivindicaciones en el pasado han logrado que ahora podamos celebrar este día. Desde el 28 de Junio de 1969, fecha en la que tuvieron lugar los conocidos disturbios de Stonewall en Nueva York, unos disturbios que comenzaron de forma espontánea y tras los cuales empezó el movimiento de liberación homosexual. Gracias a todos los que ese día comenzaron a reivindicar sus derechos, y gracias a todos aquellos que les siguieron año tras año celebrando las marchas del orgullo cada vez en más ciudades alrededor del mundo, este sábado podrán reunirse miles de personas en las calles de Madrid sin temor a represalias y sin necesidad de ocultarse ante nadie. 

Ése es mi Orgullo. Y por supuesto que tiene que ser una fiesta. Es increíble todo lo que hemos conseguido en España, a pesar de la gran tradición cristiana que tenemos. Tenemos motivos más que de sobra para hacer una fiesta y celebrar la libertad sexual de la que gozamos. Pero todavía hay razones por las que luchar. Todos sabemos que sigue habiendo muchas personas que siguen siendo discriminadas por su orientación sexual. Y por eso el Orgullo nunca ha dejado de ser una reivindicación, por mucho que haya quien no quiera verlo. A la cabecera de la manifestacion siempre podremos ver a las diferentes asociaciones que nos representan y que día tras día luchan por que nuestros derechos y libertades no se vean violados. Y todos los años veo algún colectivo apoyándonos y cuya presencia me sorprende gratamente. 

Por todo esto me siento orgulloso. Orgulloso de poder amar a quien quiera, de poder expresarme libremente, de que no se me diagnostique como un enfermo mental, de poder casarme, de poder luchar por mis derechos y de poder ser la persona que quiero ser. Por todo esto creo que todos deberíamos sentirnos orgullosos

1 comentario:

  1. "Y por supuesto que tiene que ser una fiesta."

    Me ha gustado especialmente esta frase... bravo.

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