Sabía que esta película o me gustaba mucho o me iba a parecer horrible. Por suerte, Cisne Negro se merece todas las buenas críticas que ha recibido, aunque también son comprensibles algunas de las malas críticas.
Nina (Natalie Portman) comienza siendo una bailarina de ballet con mucha técnica. La mejor de su compañía. Pero para interpretar a la Reina Cisne de El Lago de los Cisnes tendrá que aprender a dejarse llevar. Ásí es como Darren Aronofsky nos muestra como los extremos al final se tocan.
Por un lado está la Nina blanca, rígida y con un autocontrol llevado al extremo. Tanto es así, que podemos ver como poco a poco se va autodestruyendo de una forma lenta ya que es incapaz de vivir la vida. Por otra parte tenemos a la Nina negra cuya fuerza va floreciendo a lo largo de la película para irse rebelando contra si misma. Una pelea en la que perderán las dos, porque las dos son una y tan malo es un extremo como el otro.
Natalie Portman está fantástica, la verdad. Y no me parece que sea precisamente un papel fácil de interpretar. Sobre todo con esos planos delante del espejo en los que especialmente se aprecia esa transformación y esa bipolaridad que le acaban conduciendo hacia el único final posible.
Además, buscando por Internet te das cuenta de muchos detalles de la película que son dificiles de percibir cuando la ves, pero que evidencian el gran cuidado que se le ha dado a esta producción.
Como puntos en contra, diré que no es apta para aquellos a los que no les guste la sangre, y que me parece que relaciona demasiado el dejarse llevar (lado oscuro) con el sexo. Son los únicos puntos que podría criticar de la película. Aún así, y como comenté después de verla, te dan ganas de levantarte y aplaudir cuando termina.
Qué ganas de verla, redios...
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