Tour Fatal

La princesa del pop, Britney Spears, vuelve a demostrarme que no merece la pena gastar mi tiempo y mi dinero en ir a ver ninguno de sus espectáculos. Lo del playback ya me lo esperaba, aunque se supone que en esta gira hizo menos uso de él, algo que le valió un mayor número de críticas, por cierto. Pero es que tampoco es que haga nada más además de exhibir sus carnes y pasearse por el escenario de un lado para otro. Porque bailar, lo que se dice bailar, tampoco es que lo haga mucho, y lo poco que hace, resulta bastante deprimente.

Eso sí, se ha sabido rodear de un gran equipo. Los bailarines son buenísimos, el escenario es espectacular, y en general todo el concierto está pensado con la idea de parecer increíble. Pero lamentablemente la señorita Spears no lo llena. Estaba mucho más pendiente de ver lo que hacía uno de sus bailarines, que estaba bastante bien el chico, para qué lo vamos a negar, que de ella. Y por seguir criticando también he de decir que me ha resultado en algunos casos una edulcarada y rosa versión de la última gira de Madonna. Y es que sacar ese coche de la Barbie al escenario, después del cochazo que sacó la reina, no tiene nombre. Y qué decir del supuesto baile sexy que le hacen a un chico al azar. Sin comentarios. 

Es algo así como me imagino Las Vegas. Todo pretendiendo ser algo que no es. Y me parece que esta chica se ha dejado influir demasiado por este tipo de espectáculos. En fin, dejaré de criticar, simplemente repetir mi conclusión, un gran espectáculo pero centrado en alguien que no lo llena.